
La Cofradía de Pescadores de Vilanova expresa su malestar ante la crisis del sector pesquero.
El puerto dice basta
La Cofradía de Pescadores de Vilanova i la Geltrú ha dado un paso poco habitual y muy contundente:
ha decidido declarar “persona no grata” al ministro de Pesca y a varios responsables políticos relacionados con la gestión del sector.
La decisión se tomó en una asamblea extraordinaria en la lonja del puerto, con un ambiente cargado de nervios, cansancio y mucha preocupación por el futuro de la pesca local.

Un sector al límite
Los pescadores aseguran que llevan años aguantando:
- Recortes en los días de pesca, que dejan muchas embarcaciones casi paradas.
- Limitaciones en las capturas, que reducen todavía más los ingresos.
- Más papeleo y normas que complican el trabajo tanto en el mar como en tierra.
- La sensación de que nadie les escucha cuando avisan de que así no se puede seguir.
Muchos de ellos temen que, si esto continúa, la pesca artesanal de Vilanova acabe desapareciendo, y con ella un oficio que ha marcado la historia del municipio.
Una asamblea tensa y un mensaje muy claro
Durante la reunión, los marineros explicaron que ya han intentado hablar, pedir cambios y hacer llegar su malestar por otras vías.
Al no obtener respuestas, han optado por un gesto simbólico pero muy potente:
dejar claro que no se sienten representados ni defendidos por quienes toman las decisiones sobre la pesca.
La declaración de “persona no grata” no es solo una frase; es una forma de decir públicamente:
“Así no. Nos estáis dejando sin trabajo y sin futuro”.
Lo que se juega Vilanova
En Vilanova i la Geltrú, la pesca no es solo una profesión más:
- Forma parte de la identidad del barrio de mar.
- Llena de vida el puerto y la lonja.
- Da trabajo directo e indirecto a muchas familias.
- Alimenta el mercado, la restauración y el turismo vinculados al producto fresco.
Si las barcas salen menos días, capturan menos y tienen cada vez más trabas, no solo pierden los pescadores, pierde también la ciudad:
menos economía local, menos producto propio y menos vida en el puerto.
Qué piden los pescadores
El mensaje de la Cofradía es claro:
- Que se revisen los recortes en días de pesca y en capturas.
- Que las normas tengan en cuenta la realidad del Mediterráneo, y no solo criterios generales.
- Que se escuche al sector antes de aprobar medidas que les afecten directamente.
- Que se garantice la continuidad de la pesca artesanal, con un plan real y no solo con palabras.
Un conflicto que no ha hecho más que empezar
Con este gesto, el puerto de Vilanova manda una señal fuerte:
la paciencia se ha terminado y el sector quiere hechos, no promesas.
La sensación que se respira entre redes, amarres y cajas de pescado es la misma:
si no llegan cambios pronto, el mar seguirá ahí, pero cada vez con menos barcas y menos gente viviendo de él.
Crónicas del Garraf seguirá de cerca la evolución de este conflicto que afecta de lleno a la vida económica y social del municipio.



